
Aunque esta alimentación tiene fama de ser efectiva para perder grasa, hay muchos factores que pueden bloquear o ralentizar los resultados.
Entender qué pasa cuando no perdés peso en dieta keto es clave para ajustar el rumbo, evitar el abandono y mejorar tu bienestar general.
En esta nota vamos a repasar las razones más frecuentes de ese estancamiento, qué hacer para superarlo y cómo mantener la motivación sin caer en extremos.
Expectativas vs. realidad: no todos bajan al mismo ritmo
Uno de los errores más comunes es pensar que todos van a perder peso en dieta keto rápidamente. La verdad es que cada cuerpo responde de forma diferente.
Factores como el metabolismo, el nivel de actividad física, la edad, las hormonas o los hábitos previos influyen más de lo que se cree.
Compararte con influencers o amigos no solo es injusto, también puede llevarte a la frustración. Es importante recordar que perder peso en keto no es una carrera, sino un proceso.
¿Estás en cetosis realmente?
Una de las primeras cosas que deberías chequear si no bajás peso en dieta keto es si lograste entrar en cetosis. Muchas personas creen que lo están haciendo bien, pero siguen consumiendo demasiados carbohidratos ocultos.
La cetosis ocurre cuando el cuerpo agota sus reservas de glucosa y empieza a usar grasa como fuente principal de energía.
Si seguís comiendo más carbohidratos de los permitidos (aunque sean “sanos”), es posible que no estés en cetosis real, lo que explica por qué no lográs perder peso en keto.
Demasiadas calorías… aunque sean keto
Otra trampa muy común es pensar que como la dieta es baja en carbohidratos, se puede comer cualquier cantidad de grasa sin consecuencias. Pero si tu objetivo es perder peso en dieta keto, el balance energético también importa.
Sí, las grasas son la base de esta alimentación, pero siguen teniendo muchas calorías. Comer frutos secos, quesos, mantecas o aderezos en exceso puede generar un superávit calórico que te impide perder peso en keto.
Muy poca comida (¡sí, eso también!)
Del otro lado, hay personas que reducen tanto las porciones por miedo a engordar, que terminan enviando al cuerpo a “modo ahorro”. Esto ralentiza el metabolismo y puede provocar un estancamiento de peso en keto, incluso si estás en cetosis.
El cuerpo necesita energía para funcionar y también para quemar grasa. Comer menos de lo necesario puede ser contraproducente y, a largo plazo, dañar tu relación con la comida.
Estás ganando músculo y no lo sabés
Si estás entrenando fuerza o haciendo actividad física constante, es posible que estés aumentando masa muscular, lo cual pesa más que la grasa.
En estos casos, no bajar peso en dieta keto no significa que no estés progresando. Quizás estás perdiendo grasa y ganando tono muscular.
Por eso es tan importante no usar solo la balanza como referencia. Medí también tu cintura, probá con ropa que antes no te cerraba o sacate fotos semanales. El cambio se nota en más lugares que el número del display.
El estrés y el mal descanso influyen más de lo que creés
No todo pasa por la comida. Dormir mal o vivir estresado libera cortisol, una hormona que puede dificultar la pérdida de peso en dieta keto, incluso si comés perfectamente. Además, el estrés suele generar antojos, mal humor y menor motivación para entrenar o seguir el plan.
Si sentís que hacés todo bien pero seguís sin perder peso en keto, revisá tu descanso, tu nivel de estrés diario y tus rutinas de autocuidado. A veces la clave no está en la comida, sino en el entorno.
Posible estancamiento de peso en keto
Después de unas semanas o meses en cetosis, muchas personas atraviesan una meseta: el temido estancamiento de peso en keto. Es normal, forma parte del proceso.
Al principio se pierde mucho líquido, luego grasa, y después el cuerpo se ajusta. El estancamiento de peso en keto puede durar días o semanas. Lo importante es no entrar en pánico ni abandonar la dieta. A veces basta con pequeños ajustes para volver a activar el descenso.
¿Qué podés hacer para volver a perder peso?
Si llevás tiempo sin bajar peso en dieta keto, probá con estas estrategias:
- Revisá tus macros: asegurate de estar consumiendo menos de 20-30g de carbohidratos netos por día.
- Controlá tus porciones: aunque los alimentos sean aptos, las cantidades importan.
- Reducí el snacking: muchas veces picamos por aburrimiento y sumamos calorías sin darnos cuenta.
- Sumá actividad física: moverte no solo quema calorías, también mejora el estado anímico y hormonal.
- Incorporá ayuno intermitente: puede ayudar a romper la meseta y mejorar la sensibilidad a la insulina.
Cuidado con las trampas keto
Los productos “keto friendly” del supermercado están en auge. Pero muchos de ellos contienen ingredientes inflamatorios, azúcares ocultos o almidones disfrazados.
Comer estos productos regularmente puede afectar tu cetosis y frenar la pérdida de peso en dieta keto.
Volver a lo simple siempre funciona: proteínas de calidad, vegetales verdes, grasas buenas y agua. Menos paquetes, más comida real.
Tu cuerpo sabe, escuchalo
No perder peso en dieta keto no es sinónimo de fracaso. Es una señal de que algo se puede ajustar, revisar o cambiar. Lo importante es no perder de vista tu objetivo y mantener una actitud curiosa y flexible.
A veces, más que seguir reglas estrictas, se trata de reconectar con el cuerpo, aprender a leer sus señales y ajustar con inteligencia. La pérdida de peso es solo una parte del camino keto. Tu energía, claridad mental y salud metabólica también importan.