
Esta situación es más común de lo que pensás. Muchas personas comienzan la dieta keto con las mejores intenciones, pero sin resultados concretos en las primeras semanas.
Y la razón muchas veces está en pequeños (o grandes) errores que sabotean el proceso sin que te des cuenta.
En esta nota vamos a repasar cuáles son los errores en cetosis más frecuentes y qué hacer para corregir el rumbo. Si sentís que estás estancado, que no bajás de peso o simplemente que no estás en cetosis, seguí leyendo.
¿Qué es exactamente la cetosis?
Antes de ver por qué no estás en cetosis, repasemos brevemente de qué se trata. La cetosis es un estado metabólico en el que el cuerpo, ante la ausencia de glucosa, comienza a utilizar las grasas como fuente principal de energía, generando compuestos llamados cetonas.
Estar en cetosis implica que tu cuerpo ha cambiado de “modo glucosa” a “modo grasa”, y eso no ocurre por arte de magia.
Es necesario que se reduzcan al mínimo los carbohidratos (generalmente menos de 30-50 g netos por día) para obligar al cuerpo a hacer esa transición.
Pero si notás que no estás en cetosis después de varios días o semanas haciendo keto, puede que estés cometiendo alguno de los siguientes errores.
1. Estás consumiendo más carbohidratos de los que creés
Este es uno de los errores en cetosis más clásicos. Muchos alimentos «saludables» como frutas, vegetales con almidón o frutos secos contienen más carbohidratos de lo que parece. Incluso productos etiquetados como “keto friendly” pueden tener ingredientes ocultos que suman.
Si no estás en cetosis, te conviene hacer un registro detallado de lo que comés durante algunos días. Usá apps para calcular los carbohidratos netos y asegurate de no sobrepasar tu límite diario.
2. No estás comiendo suficiente grasa
La dieta keto no es simplemente baja en carbohidratos: también es alta en grasas saludables. Si venís de una mentalidad de “comer liviano” o “evitar las grasas”, quizás estés restringiendo de más.
Cuando el cuerpo no tiene suficiente glucosa pero tampoco recibe grasa, entra en un estado de estrés metabólico que dificulta entrar en cetosis. Si no estás en cetosis, sumá más palta, aceite de oliva, huevo, nueces, aceitunas o manteca ghee.
3. Exceso de proteína: otro enemigo silencioso
Si bien la proteína es fundamental, comerla en exceso puede transformarse en glucosa a través de un proceso llamado gluconeogénesis. ¿Y qué pasa entonces? El cuerpo vuelve a usar glucosa como energía en lugar de cetonas.
Este es uno de esos errores en cetosis que suele pasar desapercibido. Una buena estrategia es mantener la proteína en un rango moderado y no convertir cada comida en un “festival de carnes”.
4. Estás picoteando snacks sin control
Muchos productos low carb como barras, galletitas o postres keto tienen ingredientes que, aunque no sean carbohidratos tradicionales, pueden elevar la insulina o interrumpir la cetosis (como algunos polialcoholes o edulcorantes).
Si no estás en cetosis y comés muchos snacks, revisá las etiquetas y hacé una limpieza de tu alimentación. Volver a lo simple —proteína + grasa + vegetales bajos en carbohidrato— puede ayudarte a recuperar el rumbo.
5. No estás hidratado o te faltan electrolitos
La cetosis produce una pérdida natural de líquidos y electrolitos. Si no reponés sodio, potasio y magnesio, tu cuerpo puede interpretar el estrés metabólico como una señal para retener energía, dificultando el ingreso a cetosis.
Otro signo de que no estás en cetosis puede ser la fatiga, los calambres o el «keto flu». En ese caso, no subestimes el poder del agua con sal marina o un caldo casero con sal y aceite de oliva. Los electrolitos son clave.
6. Comés con ansiedad o sin respetar tus señales de hambre
Más allá de los macros, la dieta cetogénica necesita una mentalidad alineada. Comer todo el día, sin hambre real, puede mantenerte en un estado de digestión constante que interfiere con los procesos hormonales que facilitan la cetosis.
Si no estás en cetosis, probá reducir el número de comidas diarias, dejar los snacks y escuchar más tu cuerpo. Muchas veces, menos es más.
7. Estás en un período de estrés o mal descanso
El cortisol elevado (por estrés o mal sueño) puede bloquear la quema de grasa, incluso si hacés todo bien en lo alimentario. Uno de los errores en cetosis menos reconocidos es descuidar el entorno emocional o el descanso.
Si sentís que no estás en cetosis a pesar de todo, revisá también tu rutina de sueño, tu nivel de estrés diario y tus momentos de pausa. La cetosis necesita un entorno calmo para instalarse de manera efectiva.
Cómo saber si realmente estás en cetosis
Además de los síntomas típicos (aliento cetónico, menos hambre, energía más estable), podés medir los niveles de cetonas con tiras de orina, medidores de sangre o aliento.
Pero ojo: no obsesionarse con los números. A veces el cuerpo entra en cetosis “suave” y funcional, sin marcar niveles altísimos en los tests. Lo importante es sentirte bien, no solo ver cetonas en un medidor.
Aun así, si confirmás que no estás en cetosis luego de varios intentos y tiempo suficiente, revisar los puntos anteriores puede ser la clave para corregir el rumbo.
Por qué no entro en cetosis: resumen práctico
Te dejamos un listado para identificar por qué no entrás en cetosis:
- Comés más carbohidratos de lo que pensás.
- No llegás al porcentaje adecuado de grasas.
- Exceso de proteínas sin control.
- Snacks keto poco confiables.
- Falta de hidratación y electrolitos.
- Estrés elevado o mal descanso.
- Demasiadas comidas al día sin hambre real.
Tomate unos días para ajustar estos puntos y te aseguramos que vas a notar cambios.
Si no estoy en cetosis, ¿debo rendirme?
¡Para nada! Si llegaste hasta acá, significa que estás comprometido/a con tu proceso y querés hacer las cosas bien. La dieta cetogénica es poderosa, pero también muy personal. Cada cuerpo responde distinto, y cada uno necesita su propia curva de adaptación.
Recordá que no estar en cetosis no es un fracaso. Es simplemente una señal de que hay cosas para ajustar. Y eso está bien. Volvé a lo simple, a lo natural, a lo esencial. Y sobre todo: confiá en tu capacidad de lograrlo.
En Modo KETO estamos para acompañarte en cada paso del camino. ¡Vamos que se puede!